¿De dónde volver a comenzar?

Nos encontramos en un momento histórico en el que parece que lo que impera es el desconcierto: el drama de las guerras abiertas que amenazan con extenderse a un nivel más global; el problema de la migración frente al que, por un lado nos podemos sentir amenazados y al mismo tiempo impotentes frente al drama de tantas personas que arriesgan su vida en busca de un futuro mejor y con las que convivimos en nuestro día a día; las relaciones afectivas que cada vez parecen más inconsistentes y pasajeras; las heridas de los más jóvenes, cada vez más frágiles y vulnerables, aparentemente sin certezas sobre las que construir; la incertidumbre frente a nuevos potenciales como la inteligencia artificial; la necesidad de cuidar el planeta…
Frente a este desconcierto hay quien decide cerrar los ojos o mirar para otro lado tratando de construir un muro protector, otros tratan de huir, asustados, buscando cosas que les permitan evadirse o quienes permanecen bloqueados porque no saben qué hacer salvo expresar sus sentimientos en una interminable queja.
Pero también hay quien lanza su grito para ver si encuentra alguien que le escuche, alguien que le pueda ayudar. El grito, de hecho, es nuestra primera manifestación en este mundo. Es lo que hacemos nada más nacer. Sería absurdo que tuviésemos la capacidad de gritar, pero no existiese nadie con la capacidad de escuchar nuestro grito, nadie con la capacidad de intentar -al menos- responder a él.
Encuentro Canarias tiene la vocación de ser un lugar de acogida de todos aquellos que escuchan el grito en su interior, es decir, de aquellos que están vivos y buscan la vida. Y esto es así porque quienes preparamos este encuentro también llevamos este grito dentro y también necesitamos de otros que lo acojan, que arrojen luz sobre él; necesitamos de otros con los que caminar en la sencillez de una amistad.
Pero también es un lugar desde donde “gritar” a la sociedad, con el deseo de despertarla, avivarla, ayudarla a no rendirse y continuar caminando con firme esperanza hacia un mundo mejor, más cerca de nuestras más nobles y profundas aspiraciones.
El Papa Francisco ha llegado a decir que “no estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época”. Pero también invita a toda la humanidad a “restablecer un clima de esperanza y confianza como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”.
Por eso partimos de esta pregunta: “¿De dónde volver a comenzar?”. Es obvio que una pregunta así está dando por descontado que partimos de la necesidad de volver a empezar, de volver a “renacer”, usando las palabras del Papa.
Todos podemos entender que estamos siempre en camino, abriendo caminos, pero no siempre estos caminos nos llevan a donde queremos. A veces nos equivocamos, a veces nos perdemos, a veces llegamos a callejones sin salida y tenemos que volver hacia atrás para retomar, en otro punto, un nuevo camino. De esto se trata. Si hemos llegado a esta situación de desconcierto, significa que en algún punto nos hemos empezado a perder.
Pero, al mismo tiempo, la pregunta “¿de dónde volver a comenzar?”, no implica necesariamente empezar “de cero”. Es más, sería el reconocimiento de un rotundo fracaso en el intento. No creemos que nos encontremos tan perdidos como para hacer borrón y cuenta nueva. Es más bien una invitación a reflexionar sobre el momento en que nos encontramos, personalmente y como sociedad. Comprender el punto en el que estamos e identificar dónde podemos apoyarnos para poder dar pasos adecuados, constructivos, que nos permitan madurar, avanzar. Es una invitación valiente a no tener miedo a plantearnos esta pregunta porque ya el hecho de reconocer que algo ha fallado por el camino se convierte en algo liberador, que nos abre de nuevo, que nos permite continuar.
La exposición que preside la edición de este año de Encuentro Canarias nos invita a contemplar no solo que necesitamos volver a comenzar, sino que hay personas para las que ha sido posible, incluso en contextos mucho más dramáticos que los que vivimos la mayoría de nosotros. De ellos podemos aprender o inspirarnos.
Deseamos que la experiencia que haga cada uno en esta edición de Encuentro Canarias nos permita volver a casa con una respuesta a esta pregunta: “¿De dónde volver a comenzar?”, con la certeza alegre de haber encontrado nuevos amigos con los que seguir buscando, porque estamos vivos.